Para crear tienes que empezar por creer. Que es posible lo que deseas. Ser consciente del cambio que quieres en tu vida. Estar optimista al respecto. Confiar. E ir avanzando por el camino sin perder de vista tu sueño. Visualizar. Sentir. Palpar.
No importa cuánto tardes en conseguir lo que anhelas, tampoco cómo vas a lograrlo. Lo que importa es tu seguridad, tu acción, tu enfoque. El resultado llegará en el momento adecuado.
La visualización creativa, como ya te dije, parte de una mente abierta, necesita práctica y paciencia, es un proceso de dentro a fuera, se basa en la generación de imágenes mentales que, asociadas a la emoción, te proyectan hacia el futuro deseado.
Te recomiendo que para la visualización, explores la manera en que te sientas más cómoda para que tu energía fluya. Busca en tu interior un lugar donde te sientas segura y al que puedas acudir siempre que lo necesites, ese será tu refugio, tu santuario. A partir de ahí, tranquila, relajada, imagina, sueña. Ya sabes, no hay límites.
Es muy interesante también escribir sobre la visualización que estés trabajando, la escritura es una herramienta de integración muy potente. Describe tu deseo, tu meta, detalladamente, reflexiona sobre qué estás haciendo para acercarte a tu objetivo, enuncia afirmaciones que refuercen tus imágenes, indaga en la causa subyacente de tu malestar y pide claridad para sanar, acaricia con tus dedos los resultados, da rienda suelta a tu creatividad…
Que no se te olvide agradecer, dar gracias por anticipado por lo que estás creando. Ten fe, ya lo has conseguido en tu interior. Antes o después se materializará. Sí, tu tienes ese poder. Creer es crear.
¡Adelante!
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