Te preguntarás quién soy yo para poder ayudarte. YO SOY, simplemente, única. Como tú. Como cada ser humano que habita este planeta. Puede parecer, en este mundo ajetreado, global y homogeneizador, que todos somos iguales, que debemos tener un don especial para sobresalir o hacer algo extraordinario para salir de una vida monótona y anodina. Y eso mismo creía yo antes. Sin embargo, ahora estoy convencida de que cada uno de nosotros tenemos no uno sino muchos dones y de que, sin darnos cuenta, todos realizamos pequeñas hazañas en nuestro día a día. Si te paras a pensarlo, recordarás muchísimas dificultades superadas, numerosos momentos de rozar la plenitud, y no pocos hechos dignos de ser contados en tu vida.
De la misma manera, yo he vivido experiencias que me han marcado para siempre y he tenido aprendizajes que me han hecho crecer, avanzando por un camino que, ahora lo sé, es por el que siempre he transitado, y cuyos atajos han sido necesarios para llegar a donde estoy.
Yo fui una niña tímida, retraída, apartada por ser rara y, por tanto, poco sociable, solitaria. Yo fui una adolescente incomprendida, luchando siempre por encontrar mi lugar en un mundo que me resultaba ajeno, hostil. Yo fui una joven que, pese a todo ello, muchas limitaciones y contrariedades, persiguió su sueño y llegó a ser profesora.
Siempre encontré refugio en la palabra: leo desde que tengo uso de razón, escribo desde siempre, recopilo frases, bebo sabiduría, me apasiona aprender y nunca he dejado de formarme en mis intereses. De buscar. Tengo una mente abierta e inquieta. Me asustan los cambios, soy humana, pero me adapto bien a ellos e incluso en cierto modo los busco; no me gusta la inmovilidad.
Ahora soy una mujer fuerte, sabedora de su poder, una madre consciente, una persona agradecida y dispuesta a ofrecer mis conocimientos, mis vivencias, mis herramientas, a quienes, como tú, intuyen que la vida es algo más que pasar los días a merced del azar, luchar, tener solo pequeños momentos de felicidad, y están dispuestas a tomar las riendas de su vida, que necesitan florecer, vibrar, sentirse equilibradas y seguras.
Porque yo he pasado por todo ello. Y no quiere decir que mi vida ahora sea perfecta, que no tenga malos días y atraviese baches, pero decidí ser la dueña de mi vida, decidí que quiero y puedo ayudarte. Que me encanta escribir, escuchar, transformar la realidad. Que tengo muchas cosas maravillosas que contarte.
Empiezo por compartirte mi oración, lo que me repito a diario desde que sé que, más allá de los diferentes trajes de: nombre, sexo, ocupación, estado… Simplemente SOY, infinita, hecha de las mismas partículas que el Universo.
Vibro con el Universo. Fluyo con la vida. Libero los miedos que hay en mí. Recupero mi valor. Entrego todo aquello que no puedo controlar.
Yo soy Salud. Yo soy Amor. Yo soy Abundancia. Yo soy Felicidad. Yo soy Vida. Yo soy Calma. Yo soy Tranquilidad. Yo soy Silencio.
Yo soy mucho más de lo que aparento. Toda la fuerza y el poder del Universo están en mi interior. Confío en la vida. Merezco ser feliz. Dispongo de todos los recursos para conseguir lo que necesito. Me abro con gratitud a la abundancia en mi vida. Amo lo que es. Todo va a salir bien. Gracias por este nuevo día. Gracias por todo lo que tengo. Gracias por todo lo que soy.
Gracias, gracias, gracias.
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