Posees unas alas que te permiten volar, acoger, recibir, elevarte por encima de tu cuerpo físico y entregar tu verdadero ser a los demás.
Porque volar no es solo planear por el cielo – no es una de tus características corporales-, las alas no sirven solamente para eso, tus alas son de luz, de divinidad, de infinitud, y es inagotable su capacidad de desplegarse. Sólo tienes que aprender a abrirlas. Son las alas de tu alma.
Aprecia la vida, reinventa el amor a cada momento, acoge el mundo en tu seno, ejerce tu libertad, acepta tu realidad, sé fiel a ti misma, no busques fuera lo que llevas dentro, no esperes la complicación, volar es fácil, y volar alto, no te conformes con caminar, porque eres luz.
Como todos los seres que habitan el planeta, somos un círculo. Tú sanas y ayudas a sanar. Tú vuelas e impulsar a volar. Tú creces e invitas a crecer. Sin miedo. Con responsabilidad.
Eleva tu vibración. No te quedes posada en la rama de la comodidad. Atrévete a volar.
¡Adelante!
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