El rocío es el bálsamo de la mañana para las agostadas flores. ¿Y no crees que quizás esta situación sea igualmente un rocío para la esquilmada tierra que nos cobija, para nuestra debilitada alma?
Tarde o temprano buscamos la sabiduría, caminando por voluntad propia o impulsados por las circunstancias, transitamos hacia el crecimiento.
Y esta es una oportunidad única para crecer, para detenernos a revisar nuestras prioridades, para agradecer lo que tenemos y no darlo por sentado, para crear soluciones e inventar recursos para seguir adelante a pesar de la adversidad. Las medidas impuestas que nos vienen de fuera no dependen de nosotros y confiamos en ellas, estemos de acuerdo o no, porque no tenemos elección. Sin embargo, en lo más profundo de nuestro ser se encuentra la verdadera respuesta a toda esta confusión e incertidumbre. Si conectamos con nuestro yo interior, volvemos a escucharlo y aceptamos que solo allí se encuentra nuestro refugio, nuestro poder, saldremos fortalecidos y engrandecidos de esta coyuntura.
Estando atentos, en cada instante podemos vislumbrar la luz que lo acompaña, si bien venga empañado de algo triste o negativo. Podemos esforzarnos en mirar la belleza de todo cuanto nos rodea o quejarnos por nuestra suerte y ceder nuestra fuerza interior a las circunstancias externas. Solo nosotros podemos tomar esa elección.
Las cosas no se solucionan de la noche a la mañana, no todos los momentos son felices, debes permitirte cada emoción que sientas y no anularlas, no hay emociones negativas, todas tienen su función cuando aparecen. Pero no te detengas en el sufrimiento, no siembres en tu vida frutos amargos, intenta regresar a la calma y revive cada día con el rocío que la mañana te regala, como una flor de pétalos frescos.
Y en estos momentos de retiro, no te olvides de cuidar tu cuerpo, de nutrir tu mente, de alejarte del pesimismo, ni de ayudar en la medida de lo posible a los demás. El camino a la sabiduría es solitario, pero en la vida todos somos uno. Como gotas de rocío condensadas en el mismo aire.
Te propongo que reflexiones hoy sobre cómo sueles mirar el mundo…
El mundo no es triste,
ni feo, ni doloroso,
a veces son tus ojos.
La belleza está
en los ojos de quien mira.
Elige el prisma
con el que enfocas hoy el mundo.
Y no te ciegues con lo aparente.
¡Adelante!
M.Ángeles dice
Gracias princesa por este aporte luminoso, tranquilo y bello. Hoy veré el mundo lleno de colores, de música, de positividad.
Tati
CDR dice
Con mucho gusto, mi Tati. Y gracias a ti por leerme.
Un abrazo.