Sabes que has venido a este mundo a SER tú misma, pero la mayor parte del tiempo te encuentras condicionada por lo que piensas, que no suele coincidir con lo que sientes, por lo que los demás esperan de ti, que no suele coincidir con lo que de verdad quieres hacer… En definitiva, el camino hacia tu SER no siempre es claro, se ha ido borrando a lo largo del tiempo, bifurcándose desde que eras niña en múltiples senderos y no tienes claro cuál escoger, por dónde seguir, a dónde vas.
Te animo a que reflexiones sobre los pasos que voy a darte a continuación, porque son aparentemente sencillos, pero no siempre fáciles de dar, sobre todo debido a las resistencias que tu mente pondrá por la comodidad de volver a los esquemas aprendidos, por el miedo al cambio, por tu ego que activará su vocecilla, claro, no le interesa pasar a un segundo plano y que tomes TÚ el mando.
- Autoconocimiento: El camino empieza por aquí. Busca en tu interior, porque ahí se halla todo lo que necesitas. Genera espacios para ti misma, de verdad, quédate contigo a solas e indaga en tus sentimientos, en tus emociones. Además, cuanto más te conozcas a ti misma, más y mejor podrás ofrecerte y conocer a los demás.
- Flexibilidad, apertura: ábrete a nuevas perspectivas, convéncete de que sin cambio no hay solución y empieza el cambio por ti misma. Cambia el foco y llévalo hacia ti. Empodérate. Parece un tópico, pero te aseguro que si tú cambias todo cambia. Y sé flexible, confía en ti misma, no busques respuestas, mejor plantéate muchas preguntas y adéntrate en las infinitas posibilidades que te ofrece la vida.
- Coherencia: Es muy importante que tu pensamiento, tu sentimiento y tu acción estén lo más alineados posible. Porque solo desde esta coherencia puedes ser auténtica y arrojar al exterior la luz que te caracteriza como ser único que eres. Está claro que no gustarás a todo el mundo, ni tienes por qué, no estás aquí para complacer a nadie; estás aquí para quererte, respetarte y mostrarte desde tu centro, así atraerás a aquellos que de verdad estén en sintonía contigo. ¿Qué mejor que estar rodeada de ellos?
- Responsabilidad: Te aseguro que tú eres la única responsable de tu vida. Sí, no culpes a nadie ni a nada de tus problemas, de tus bloqueos, de tus inseguridades… Ni tampoco de tus éxitos, de tu felicidad. Todo parte de ti misma. ¿No te das cuenta del poder que otorgas a los otros cuando los responsabilizas de lo que te pasa, sea bueno o malo? Toma las riendas de tu vida y vívela sin victimismo, sin euforia, con valentía, con equilibrio, respondiendo a tus habilidades, trabajando en tus carencias, puliendo tus excesos.
- Percepción: Tus creencias no son más que percepciones. La verdad no existe, más que pasada por el filtro de nuestras ideas. No dejes que las percepciones, limitadas por definición, te representen. Ni tampoco acotes a los demás con tus ideas preconcebidas, prejuicios, críticas o etiquetas. Abre tu perspectiva. ¿Sabes? La manera en que vemos el problema es el problema. En nuestras manos están todas las soluciones.
- Proactividad: Piensa lo genial que sería actuar en lugar de reaccionar, ser capaz de generar opciones ante las dificultades, cambiar tu realidad simplemente cambiando tu forma de hablar. Pues es posible, eres así de poderosa. Cuida lo que te dices a ti misma, cómo hablas con los demás, porque el lenguaje incide directamente en la realidad. Normaliza lo positivo, sé(te) amable, pon el foco en lo bueno. No quiero que me creas, sino que lo pruebes y te demuestres que es cierto.
- Crear felicidad: No, esto no es una apología a un estado continuo de alegría en cuanto a negar las emociones «negativas». Todas las emociones son igual de importantes, son las que nos mueven, no podemos estar siempre contentas, claro que no, hay que llorar, hay que sentir rabia o frustración, hay que permitirnos sentirlas y canalizar todas ellas. Creo, de hecho, que la felicidad hoy en día está sobrevalorada, que se está convirtiendo en una imposición casi tiránica ya, como si no pudiésemos estar tristes, como si nos tuviéramos que sentir culpables por caer en estados negativos. Para mí la felicidad es simplemente un equilibrio, una disposición, entender que todo pasa, lo bueno y lo malo, desde la serenidad y la aceptación. Intenta crear felicidad y avanzarás hacia tu SER, sonríe más, simplemente, sé consciente de lo que recibes cada día, transforma los pensamientos tóxicos, no te ofendas fácilmente, quiérete mucho.
- Escucha: A ti misma y a los demás, con autenticidad, que sea una escucha activa y empática. Mira(te) a los ojos, a ese espacio negro en la pupila, ahí es donde reside la sinceridad. Busca silencios para ti y regala silencios a los demás, a veces la mejor respuesta no se da con palabras.
- Amor incondicional: Para ti misma y para los demás. El amor no es solo romántico, eso limita la fuerza más poderosa que existe en el Universo. Te animo a que indagues en el amor incondicional como búsqueda del bienestar, favorecer el bien. Ámate, ama, y recibirás de vuelta mucho más.
- Tiempo: Disfruta todo lo que puedas el tiempo, que no es algo tan medible como parece y sí tan efímero e irrecuperable como no valoramos. Olvídate a veces del reloj, ese invento para encapsular una dimensión infinita, y párate, respira, siente, toca, bebe… el tiempo eterno que el Universo te regala.
Como te he dicho al principio, este no es un camino fácil, es un sendero que nunca se termina de recorrer, porque siempre estamos aprendiendo y creciendo. Pero si eres consciente de que quieres andarlo, empieza paso a paso, permítete los tropiezos, mímate cuando te desvíes, y avanza con la seguridad de que comienzas a brillar desde la primera pisada que das.
Nuria dice
💟