Yo también
me he debatido
entre seguir adelante
o romperme en pedazos.
Yo también
he estado despierta
con el corazón desbocado
buscando una salida.
Yo también he necesitado volver a empezar,
lamerme las heridas
y romper con la pena y el dolor.
Yo también
he tenido que vencer resistencias,
reconstruirme por dentro
y econtrarme de nuevo.
Y yo he crecido
escribiendo,
ordenando, aclarando
mi vida y mis ideas,
volviendo a mi centro
tras el ruido diario.
Y yo me he comprendido
escribiendo,
espirando palabras, sueños,
liberando mi espíritu
entre líneas de tinta bálsamo.
Y yo me he superado
escribiendo,
desatando mis manos
en un papel en blanco,
tomando mi poder olvidado.
Y yo he viajado
escribiendo,
más allá de la imagen que lanza el espejo,
descubriendo mi ser verdadero
en un proceso mágico.
Sé que esto no ha terminado,
que nunca se aprende del todo,
que nunca se acaba el trabajo.
Pero sé además que escribir es mi mejor aliado en las horas bajas
y el mayor don de mi genio dorado.
Y sé que tú también puedes,
que la llave de tu reino te está esperando.
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